Una semana de Libros por montones, una semana de personajes fantasiosos que toman forma y se vuelven humanos, una semana de niños colegiales corriendo por doquier, impresionándose por cada segundo de nuevas curiosidades y una semana para recordar que los libros impresos más su olor son los que mantienen vivo el afán de la imaginación.
El Jardín Botánico de Medellín es el cuerpo pon donde miles de personas circulan cada día con los ojos atentos, escuchando infinidad de historias, observando miles de caras desconocidas y expectantes por saber que traerá la próxima parada fantástica.
Es curioso, interesante y divertido el percibir como en un lugar lleno de verde, se puede mezclar una infinidad de sensaciones, personajes, fantasías, colores y olores, que hacen que los libros no sean siempre sinónimo de estudio y academia, también hay que reconocerlos como una fiesta, que se crea en la imaginación de quien lee, construyendo millones de escenarios, personajes, finales posibles, y un mundo paralelo que hace realidad lo que el mundo terrenal no logra.
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